jueves, 15 de enero de 2015

3º Relato

Erase una vez una llama.. una llama pequeña, dulce e inocente. Esa llama originaba una luz tan hermosa, que hacía que todos se acercaran a tocarla. Sin embargo, todo aquel que, engañado por al dulzura de la llama, se acercaba, salía dañado por ella. Debido a esto, la llama estaba todos los días embargada de tristeza y soledad. No sabía cómo hacer para que su tacto no hiciera daño a todo aquel que se acercaba. Solo había alguien con quien podía hablar sin que resultara dañado, pero eran pocas las ocasiones en las que se encontraban, ya que solo lo hacían cuando soplaba el viento.
Una vez, la llama le preguntó al viento que por qué resultaba tan dañino para los demás y éste le contestó, que aunque para algunos resultara peligroso, para otros era lo más importante, puesto que les proporcionaba luz y calor.
Una noche, una nube, celosa de la belleza de la dulce llama, quiso apagarla para siempre. Para ello, pidió ayuda a su hermana, una nube de color negra. Ambas, con los malos sentimientos puestos en sus corazones, se unieron a fin de hacer que aquella llama dejara de brillar. La nube negra, comenzó a atacar con una tormenta a la pequeña llama. Ésta, asustada del poder de aquella nube, huyó lo más lejos posibles, a fin de poder esconderse y refugiarse, puesto que, si alguna de las gotas que aquella nube arrojaba la tocaba, dejaría de arder y moriría.
Al cabo de un rato de correr y correr despavorido, la llama pudo refugiarse en una cueva que había encontrado por casualidad. Allí, pudo esconderse de aquella malvada nube que la perseguía para obligarla a dejar de emitir luz y calor. La noche pasaba y la lluvia que lanzaba aquella nube oscura no cesaba. La llama no sabía qué hacer, pero miraba el lado positivo "Así al menos ya nadie se acercará a mí y no la dañaré". Pero aunque la llama pensó eso, no pudo evitar sentirse sola. No quería hacer daño a nadie pero ¿Le compensaba que no pudiera hablar con nadie, ni reír o llorar con nadie? Se sentó en el suelo de aquella cueva y, con la cabeza agachada, esperó.
Entonces, ante los ojos de la llama, algo comenzó a tomar forma. De la lluvia, nació una gota de agua, y ésta, se la quedó mirando. Ambos no hablaron y la gota comenzó a acercarse a la llama. Ésta le suplicó que no lo hiciera, pues ella lo apagaría a él, e incluso podría hacerle daño a ella. La gota le sonrió y continuó acercándose a él. Tras posicionarse a su lado, se sentó junto a él.
La llama estaba intrigado. Habían pasado horas y ninguno de los dos había hablado. La llama únicamente veía cómo la gota de agua sonreía sin pronunciar palabra. La llama vio que paró de llover y decidió salir de aquella cueva. Mientras se alejaba, vio como la gota le seguía sonriendo sin levantarse. Atraída por la curiosidad, la llama fue al día siguiente a la cueva y se sorprendió que la gota seguía allí sin moverse y sonriendo. Tras varios días, la llama fue yendo a la cueva cada tarde y vio cómo la gota seguía allí.
Una tarde, la gota, al ver llegar a la llama le dijo "Te he estado esperando" con una sonrisa. A partir de ese momento, ambos compartieron su vida hablando y sonriendo. Por primera vez, la llama tenía una amiga. Después de semanas de amistad y risas, la gota le dijo que quería tocarle, pero la llama se rehusó. No quería hacerle daño. La gota le dijo que prefería ser completamente feliz en ese instante, que vivir una vida triste por no poder sentir su contacto. La llama pensaba en lo triste que estaría si a ella le pasara algo. Pero ella tenía razón, si habría un único momento en el que pudiera sentir el contacto de otro, prefería que fuera ese. Así, La llama abrazó a la gota y ésta, sonrió dulcemente. Aunque la llama pensó que ocurriría algo terrible, pasó algo totalmente diferente: Ambos se convirtieron en vapor y, juntos, pasaron una vida de sonrisas, amistad y felicidad.
Si os ha gustado dad a "Me gusta", compartir y esas cosas.. Si queréis seguidme y si no seguiréis siendo felices y eso espero. GRACIAS POR LEER!!